¿Estás harta del cansancio extremo, la piel seca y el aumento de peso sin control, incluso tomando levotiroxina?
Muchas mujeres los sufren en silencio sin saber que la clave podría estar en la conexión vital entre la tiroides y el hígado.
Descubre cómo curar la tiroides lenta sanando a tu hígado para recuperar tu energía, tu figura y tu bienestar.
¿Cómo curar la tiroides lenta cuidando la salud de tu hígado?
Tu cuerpo es un equipo, donde cada órgano tiene una función vital. La tiroides es como la capitana que marca el ritmo de muchas funciones, y el hígado, su aliado estratégico.
El hígado, además de eliminar toxinas y cientos de funciones más, también es clave para activar la hormona tiroidea. Transforma la T4 (la forma inactiva) en T3, la que tu cuerpo realmente utiliza.
Si el hígado está agotado o dañado, esta transformación falla y la tiroides no puede funcionar correctamente. Por eso, para sanar la tiroides, cuidar el hígado es fundamental.
Pasos para sanar el hígado y mejorar la función tiroidea
1. Alimentos que apoyan el hígado
El primer paso para sanar el hígado es llenar tu plato con alimentos que lo nutran y desintoxiquen.
- Vegetales crucíferos: brócoli, col rizada, coliflor, contienen compuestos que ayudan al hígado a procesar toxinas. Cómelos cocidos, ¡siempre!
- Frutas cítricas: limón, kiwi y naranja son ricas en vitamina C, que actúan como antioxidantes y promueven la salud hepática.
- Ajo y cebolla: contienen compuestos de azufre que ayudan a activar las enzimas hepáticas.
2. Come más alimentos antioxidantes
Actúan como escudos protectores para tu hígado, neutralizando los enemigos externos que afectan la capacidad de tu hígado para funcionar.
- Té verde: es rico en catequinas, unos antioxidantes que mejoran la función hepática.
- Bayas: los arándanos y moras protegen tus células del daño.
- Cúrcuma: la curcumina es un potente antiinflamatorio que protege tu hígado. Tómala con una pizca de pimienta negra para una mejor absorción.
3. Elimina toxinas de tu entorno
Para curar la tiroides y tu hígado, también debes reducir la carga tóxica en tu vida diaria y los metales pesados que ingresan a tu cuerpo.
- Evita productos de limpieza y cosméticos que contengan químicos nocivos.
- Filtra el agua con ósmosis inversa, uno de los sistemas de filtración más avanzados y efectivos para eliminar metales pesados y otras toxinas.
- Escoge alimentos orgánicos cuando sea posible para evitar pesticidas.
4. Suplementos naturales
- Cardo mariano: protege y regenera el hígado. Toma de 140 mg a 210 mg de silimarina al día, repartidos en dos o tres tomas.
- N-acetilcisteína (NAC): aumenta el glutatión, el antioxidante más potente del cuerpo. Dosis recomendada: 300 mg, tres veces al día.
- Selenio: apoya la conversión de la hormona tiroidea de T4 a T3 y protege el hígado. Dosis diaria: 200 mcg.
*Esas son dosis estándar, habla con tu médico para que te indique la dosis específica para tu condición.
5. Sauna para desintoxicar mediante el sudor
Si buscas una desintoxicación natural del hígado, la terapia de sauna es una excelente aliada.
- Sauna finlandesa: utiliza vapor para aumentar la temperatura del aire, lo que genera un calor intenso.
- Sauna de infrarrojos: calienta el cuerpo desde el interior, lo que produce una sudoración más profunda.
Intenta ir a la sauna al menos 3 veces por semana durante un máximo de 20 minutos.
Con estos simples cambios en tu alimentación y estilo de vida, puedes apoyar tanto la función hepática como la tiroidea, llevando a una mejora significativa en tu salud y vitalidad.
Fuentes:
- La Revolución de la Tiroides, Aviva Romm, 2016, pp. 7883.
- The Thyroid Patient’s Manual, Paul Robinson, 2020, pp. 132138.
- Hashimoto’s Protocol, Izabella Wentz, 2017, pp. 9296.