¿Alguna vez te has sentido tan cansada, como si caminaras por la vida con pesas invisibles en los pies? El hierro bajo podría estarse robando tu energía.
Para muchas mujeres, esta deficiencia es como una niebla que nubla su vitalidad, dejándolas exhaustas, pálidas y frustradas. Pero no estás sola en esta lucha.
Descubre cómo este mineral impacta cada aspecto de tu vida, desde tu estado de ánimo hasta tu salud física.
¿Qué es el hierro?
Es un mineral esencial que juega un papel crucial en la producción de hemoglobina, la proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno a través del cuerpo. Cuando los niveles de hierro están bajos, la capacidad del cuerpo para llevar oxígeno a los tejidos se ve comprometida, lo que lleva a una condición conocida como anemia por deficiencia de hierro.
Causas del hierro bajo en mujeres
En mujeres, el hierro bajo puede ser causado por varias razones.
- Pérdida de sangre debido a sangrado gastrointestinal: enfermedades como úlceras, cáncer de colon, enfermedad inflamatoria intestinal, etc.
- Sangrado menstrual: especialmente si tienes ciclos menstruales abundantes.
- Lesiones traumáticas o cirugía.
- Uso regular de medicamentos: como aspirina o antiinflamatorios no esteroideos.
- Problemas de absorción de hierro: enfermedades intestinales y digestivas como celiaquía, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, infección por Helicobacter pylori
- Alimentación insuficiente en hierro: comer pocas carnes rojas, huevos, vegetales de hoja verde, legumbres, etc.
- Dietas vegetarianas o veganas: sin una adecuada suplementación.
- Embarazo: especialmente sin suplementación de hierro.
¿Qué pasa si una mujer tiene el hierro bajo?
El cuerpo tiene formas de advertirte cuando algo no está bien. Los síntomas del hierro bajo pueden ser sutiles al principio, pero tienden a intensificarse si no se aborda la deficiencia:
- Fatiga crónica que no mejora con el descanso
- Palidez en la piel, que refleja la falta de oxígeno en la sangre
- Dificultad para concentrarse y problemas de memoria
- Sensación de frío, incluso en ambientes cálidos
- Mareos y dolores de cabeza frecuentes
- Dificultad para respirar
- Uñas quebradizas
- Antojos inusuales de alimentos no alimentarios.
Si experimentas varios de estos síntomas, debes hacerte un hemograma completo (CSC), prueba de hierro sérico, de ferritina y de capacidad total de unión al hierro (TIBC).
En mujeres adultas, hasta 50 años, el nivel normal de hierro son 18 mg.
Cómo abordar la deficiencia de hierro
La buena noticia es que el hierro bajo es tratable, y en muchos casos, la solución puede ser tan simple como hacer ajustes en tu dieta o tomar suplementos.
- Alimentos ricos en hierro: carne roja, hígado de res, aves de corral, pez, huevos, tofu, anacardos, verduras de hojas verdes oscuras como las espinacas, cereales de desayuno fortificados.
- Suplementos de hierro: En casos de deficiencia más severa, los suplementos de hierro pueden ser necesarios. Es importante que estos sean recomendados por un profesional de la salud, quien también determinará la dosis adecuada. Una dosis típica puede variar entre 60 y 120 mg de hierro elemental al día, dependiendo de la gravedad de la deficiencia.
- Vitamina C: Para mejorar la absorción de hierro, considera combinar tu ingesta de hierro con alimentos ricos en vitamina C, como kiwi, naranjas, fresas, pimientos y verduras de hoja verde.
- Limita estos alimentos: el café, el té y los alimentos ricos en calcio pueden interferir con la absorción de hierro. Y evita comer pescado y mariscos crudos, que pueden interferir con la absorción de hierro.
Importante: Este contenido tiene fines educativos y no debe utilizarse como asesoramiento médico. Si tienes alguna condición de salud, consulta con tu médico. Y consulta también antes de comenzar cualquier nuevo suplemento para asegurar que es adecuado para ti.
Fuentes: