¿Cansada de sentir ese nudo en el estómago que no se va? Puede que tus relaciones estén jugando un papel más importante en tu salud intestinal de lo que imaginas.
Cuando vives relaciones tóxicas, tu cuerpo está en constante alerta, liberando hormonas del estrés que alteran la delicada armonía de tu sistema digestivo.
«El resultado: esos molestos síntomas como hinchazón, dolor abdominal, gases, diarrea, estreñimiento y una sensación general de malestar.«
En situaciones que te generan estrés o ansiedad, tu cuerpo reacciona de una manera muy particular. ¡Tu “segundo cerebro” está muy atento a tus emociones!
Así llaman al intestino porque está en constante comunicación con nuestro cerebro. Y el cortisol, la hormona del estrés, altera la motilidad intestinal, la producción de enzimas digestivas y la permeabilidad.
¿Pero qué sucede cuando el estrés se vuelve crónico?
“Las relaciones tóxicas son aquellas que te hacen sentir menospreciada o constantemente tensa. Estas relaciones pueden ser con parejas, familiares, amigos o compañeros de trabajo”.
El estrés crónico resultante de estas interacciones negativas tiene efectos devastadores en tu sistema digestivo. Esto lleva a problemas mayores como el síndrome del intestino irritable (SII), inflamación y desequilibrios en la microbiota intestinal.
¿Por qué no pruebas a liberarte de esas relaciones que te drenan la energía?
Al eliminar el estrés tóxico de tu vida, estarás dando un paso gigante hacia la mejora de tu salud intestinal. Imagina despertar cada mañana sin esa sensación de pesadez en el estómago, sintiéndote más ligera y en paz contigo misma.
¿Cómo empezar a liberarte y mejorar tu salud intestinal?
1. Identifica las relaciones tóxicas. Haz una lista de las personas con las que interactúas regularmente y evalúa cómo te hacen sentir después de cada encuentro.
2. Establece límites saludables. Aprender a decir «no» y establecer límites claros es fundamental para proteger tu bienestar emocional. Comunica tus necesidades de manera asertiva y respeta tus propios límites.
3. Busca apoyo. Rodéate de personas positivas que te apoyen, te inspiren y te hagan sentir valorada. Y considera hacer terapia, si lo necesitas.
4. Cuida de ti. Dedica tiempo a actividades que te relajen y te hagan feliz.
La meditación, el ejercicio, una dieta equilibrada y tiempo para tus hobbies pueden reducir el estrés y mejorar tu salud intestinal.
Testimonios y evidencia científica
Numerosos estudios han mostrado que reducir el estrés crónico y emocional tiene un impacto positivo en la salud intestinal.
Además, los testimonios de pacientes que han tomado medidas para liberarse de relaciones tóxicas, a menudo reportan mejoras notables en su bienestar digestivo y general.
Al liberarnos de relaciones tóxicas, también damos un paso importante hacia la mejora de nuestra función intestinal.
Considera tu entorno emocional como una pieza clave en tu camino hacia la salud óptima, mi consentida. ¡Tu cuerpo y mente te lo agradecerán!
Importante: Este contenido tiene fines educativos y no debe utilizarse como asesoramiento médico. Si tienes alguna condición de salud, consulta con tu médico.
Referencias:
Gastritis relacionada con las emociones
La psique y las funciones gástricas
Papel del estrógeno y el estrés en el eje cerebro-intestino
«Weight Loss Motivation Hacks: 7 Psychological Tricks That Keep You Motivated To Lose Weight» de Derek Doepker.
«Female Flat Belly» de Metabolic Living.