¿Te preguntas si la leche es buena o es mala, consentida?
Existe mucha información contradictoria, ¿cierto?
La leche y sus derivados son alimentos básicos en muchas dietas, pero no siempre son tan beneficiosos como parecen, principalmente en la premenopausia.
Hoy quiero revelarte tres secretos sobre la leche que podrían influir en tu decisión de seguir consumiéndola.
La realidad de la leche cruda
Existe un debate en torno a la leche cruda, por sus posibles riesgos.
Y la realidad es que la leche cruda es más nutritiva y contiene más enzimas y probióticos naturales que benefician la salud digestiva y el sistema inmunológico.
Esto se puede aplicar a todo tipo de alimentos que contienen bacterias vivas beneficiosas para nuestra salud digestiva, como los vegetales fermentados o la miel cruda.
Ya que, al pasteurizar los alimentos, se matan todas sus bacterias beneficiosas.
No hay evidencia de que la gripe aviar de la que fue acusada la leche cruda en 1945 fuese cierta. Sin embargo, esto sirvió para que se promulgaran leyes restrictivas contra la leche cruda en 1948.
Lácteos y problemas digestivos
Muchas personas no saben que podrían ser sensibles o intolerantes a los lácteos.
Cuando existe intolerancia a la lactosa, el azúcar presente en la leche, puede causar síntomas como hinchazón, gases, diarrea y dolor abdominal.
Además, algunos estudios sugieren que los productos lácteos pueden desencadenar inflamación y otros problemas de salud en individuos sensibles, aumentando condiciones como el síndrome del intestino irritable y otros trastornos digestivos.
Impacto hormonal de los lácteos
Esto sí debes tomarlo en serio, consentida.
Los productos lácteos comerciales suelen provenir de vacas engordadas hormonalmente para hacerlas crecer más en el menor tiempo posible, lo que puede influir en tu propio equilibrio hormonal.
El exceso de hormonas presentes en la leche (estrógeno principalmente), pueden actuar como disruptores endocrinos, afectando negativamente el sistema hormonal y contribuyendo a problemas como el acné, el síndrome de ovario poliquístico y otros desbalances hormonales y puede provocar problemas graves como infertilidad, menstruación precoz dolor menstrual, miomas y mamás fibrosas.
Además, con la leche también perjudicas tu flora intestinal, ya que consumes los antibióticos que fueron suministrados al animal.

¿Y qué puedes hacer?
Experimenta con la eliminación
Si sospechas que los lácteos pueden estar afectando tu salud, intenta eliminarlos de tu dieta durante unas semanas y observa si hay mejoras en tus síntomas.
Alternativas a los lácteos
Considera opciones no lácteas como las leches de coco o almendra, donde su etiqueta indique solo almendra y agua; que pueden proporcionar nutrientes sin los posibles efectos negativos de los lácteos.
Puedes hacerlas tú misma, busca en Youtube.
Consulta a un profesional de la salud funcional
Si tienes dudas sobre cómo los lácteos afectan tu salud, habla con un nutricionista o médico especializado en salud hormonal y digestiva.
Si eres una mujer que ya tiene desequilibrios hormonales podrías empeorar tus síntomas consumiendo muchos lácteos, por eso te recomiendo optar por lácteos orgánicos y de pastoreo ya que tienen menos hormonas y no contienen transgénicos.
Consumir lácteos, es una elección personal que debe basarse en cómo tu cuerpo responde a ellos y en tu investigación sobre sus efectos potenciales.
Estos tres secretos te ayudarán a tomar una decisión más informada sobre tu dieta y tu salud, mi consentida.
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Importante: este contenido tiene fines educativos y no debe utilizarse como asesoramiento médico. Si tienes alguna condición de salud, consulta con tu médico.
Fuentes: