¿Alguna vez te has sentido agotada sin razón aparente, con cambios de humor inexplicables, o que simplemente tu cuerpo no coopera como de costumbre?
Si estás en tus 40s y acercándote a la menopausia, es posible que pienses que estos síntomas son simplemente “parte del paquete”.
Pero, ¿sabías que el virus de Epstein-Barr (VEB) podría ser un jugador clave en este enigma invisible de la tiroiditis de Hashimoto?
¿Qué es la tiroiditis de Hashimoto?
Primero, pongámonos en la misma página. La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune donde tu propio sistema inmune ataca la tiroides, esa pequeña glándula en forma de mariposa en tu cuello pero fundamental para el metabolismo, la energía y mucho más.
Es como si tus defensas se volvieran locas y decidieran sabotear la central eléctrica de tu cuerpo.
El villano oculto: el virus de Epstein-Barr
Ahora, aquí viene la parte interesante: el virus de Epstein-Barr. Probablemente lo hayas escuchado en relación con la mononucleosis, esa enfermedad que te deja en cama durante semanas.
Pero el VEB es más astuto de lo que parece. Puede permanecer latente en tu cuerpo durante años, como un espía durmiente, y en algunos casos, puede reactivarse y causar estragos en tu sistema inmunológico.
¿Y cómo se conecta esto con Hashimoto?
El virus de Epstein-Barr puede desencadenar o exacerbar la tiroiditis de Hashimoto.
«Piénsalo como un doble golpe: primero, el virus invade y luego, tu sistema inmunológico, en su intento de combatirlo, termina atacando tu tiroides.»
¡La jugada perfecta!

Pero puedes hacer algo al respecto
No te preocupes, no todo está perdido. Aquí te dejo algunos pasos prácticos y consejos para manejar la situación:
1. Consulta a tu médico. Si sospechas que podrías tener Hashimoto o has tenido infecciones de VEB, habla con tu médico para realizar análisis específicos.
2. Cuídate con una alimentación antiinflamatoria para reducir los síntomas. Incluye alimentos ricos en antioxidantes como frutas y verduras, y evita los procesados y azúcares refinados.
3. Reduce el estrés. Puede ser un detonante para muchas enfermedades autoinmunes. Prueba técnicas de relajación como el yoga, la meditación o incluso un buen libro.
4. Suplementos y hierbas. Algunos suplementos como el selenio y la vitamina D apoyan la salud de la tiroides. Consulta siempre a un profesional antes de empezar cualquier suplemento.
5. Ejercicio moderado. Mantente activa, pero no te exijas demasiado. El ejercicio moderado ayuda a mantener tu energía y estado de ánimo estables.
Existe más en juego que solo la menopausia, tu tiroides podría estar pidiendo ayuda, y tú tienes el poder de responder, mi consentida.
¡Deja en comentarios tus impresiones y dudas!
Importante: Este contenido tiene fines educativos y no debe utilizarse como asesoramiento médico. Si tienes alguna condición de salud, consulta con tu médico. Y consulta también antes de comenzar cualquier nuevo suplemento para asegurar que es adecuado para ti.
Referencias
- Dr. Aviva Romm – Especialista en salud hormonal femenina y medicina funcional.
- Dr. Izabella Wentz – Autora y farmacéutica especializada en tiroiditis de Hashimoto.
- Dr. Amy Myers – Experta en enfermedades autoinmunes y salud intestinal.
- Dr. Sara Gottfried – Autora y especialista en hormonas y salud femenina.