“Bernard, ¿por qué no puedo bajar de peso?” Esta es la pregunta que más me hacen mis consentidas y siempre respondo: ¡adelgazar es posible, incluso en premenopausia!
Olvídate de dietas restrictivas, pastillas “mágicas” y ejercicios extenuantes. La clave está en identificar cuál de tus hormonas está saboteando tu progreso.
¡Descubrámoslo juntos!
Por qué no puedo bajar de peso si hago dietas y ejercicios
Muchas mujeres enfrentan desequilibrios hormonales que hacen que su cuerpo se resista a perder peso. Aquí te presento 4 sospechosos que podrían estar detrás de tu estancamiento:
1. Desequilibrio de la tiroides: la hormona del metabolismo
Mira a la tiroides como un director de orquesta: ella controla el cómo quemas la grasa y cuánta energía tienes.
Cuando tu tiroides funciona a un ritmo más lento de lo normal (hipotiroidismo), te es más difícil perder peso, más fácil ganar grasa y tienes antojos intensos que no se van.
Irónicamente, las dietas restrictivas y ejercicios al extremo son errores al perder peso con hipotiroidismo, porque lo empeoran y hacen a tu metabolismo aún más lento.
2. Desequilibrio suprarrenal: la lucha de la báscula contra el estrés
Entre tus mil responsabilidades diarias, es normal que te sientas estresada.
Pues ese estrés constante es un enemigo silencioso en tu pérdida de peso, ya que desequilibra a tus glándulas suprarrenales, las encargadas de liberar cortisol, la hormona del estrés.
Y como segregas tanto cortisol, día tras día, las suprarrenales se fatigan. Mientras tanto, las hormonas del hambre y la saciedad se vuelven… digamos, un poco locas.
¿Cómo todo esto afecta a tu peso?
- Acumulas esa grasa en la barriga que tanto te cuesta eliminar.
- Sientes deseos de comida azucarada, frituras y snacks hechos con harinas blancas.
- Tu metabolismo va como en cámara lenta, por lo que quemas menos calorías.
- Aumenta la resistencia a la insulina, causando niveles altos de azúcar en sangre con antojos y fatiga.
3. Desequilibrio hormonal reproductivo: una montaña rusa que afecta tu peso
La premenopausia viene acompañada de un subibaja de peso que da vértigo. Estas son las razones:
- Tienes más testosterona: si aumentan los niveles de testosterona y caen los de estrógeno, acumulas más grasa en la cintura. Y esa grasa odiosa puede producir más hormonas que promueven el aumento de peso. ¡Es un círculo vicioso!
- Conexión hormonal: las hormonas reproductivas (estrógeno, progesterona y testosterona) no trabajan solas. Ellas necesitan hacer equipo con otras hormonas para que funcionen tanto el metabolismo como el almacenamiento de grasa.
Pero cuando todo se desequilibra, ese equipo pierde la sincronización, por lo que tu cuerpo no quema calorías de manera eficiente.
- Aumento de peso repentino: las fluctuaciones hormonales afectan al metabolismo y te hacen almacenar grasa, incluso en zonas donde antes no tenías gorditos.
4. Una combinación de todos los desequilibrios
Cuando todas tus hormonas están desequilibradas, subes de peso.
Pero, a su vez, ese aumento de peso desequilibra aún más tus hormonas, haciendo que subas aún más de peso. Es como un gato que busca morderse la cola y jamás lo alcanza.
La buena noticia es que se puede restaurar el equilibrio hormonal naturalmente, para que tu pérdida de peso no sea una tarea titánica que te deje deprimida y agotada.
Así que, concéntrate en tu salud hormonal y empezarás a adelgazar sin tanto esfuerzo.
En el blog tienes mucha información valiosa para cada desequilibrio de los que hablamos en este post. Anímate a dar el paso.
Importante: este contenido tiene fines educativos y no debe utilizarse como asesoramiento médico. Si tienes alguna condición de salud, consulta con tu médico.
Referencias: