¿De repente tu estado de ánimo subibaja? ¿Sufres problemas digestivos durante períodos de estrés intenso? ¿Sientes mariposas en el estómago antes de una presentación?
Cómo afecta el estrés y la microbiota es mucho más fuerte de lo que imaginas.
En este artículo, exploraremos vínculo de tu mente y tus intestinos y, por ende, a tu salud general.
¿Cómo afecta el estrés a la microbiota intestinal?
El estrés, ya sea por una reunión tensa en el trabajo o por malabarismos entre las tareas del hogar y el cuidado de los niños, activa tu sistema de «lucha o huida».
Esto desencadena la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, las cuales generan reacciones en tu intestino, tu salud mental y emocional.
La disbiosis: un jardín intestinal desequilibrado
Digamos que tu microbiota es un jardín. Bueno, el estrés crónico es como una sequía prolongada que afecta a todas las plantas.
Las bacterias beneficiosas, como Lactobacilos y Bifidobacteria, son flores que se marchitan bajo condiciones adversas.
Mientras que las bacterias menos deseables, como Cándida, Clostridium y Enterobacteriácea, son las malas hierbas que crecen sin control.
Intestino permeable: cuando tus defensas bajan
El estrés crónico puede debilitar la capa que recubre y protege a tu intestino.
Es como si las puertas de su fortaleza intestinal quedaran entreabiertas, permitiendo que sustancias no deseadas se cuelen en tu sistema.
A este fenómeno, conocido como «intestino permeable», puede llevar a inflamación y muchos problemas de salud.
Emociones descontroladas
El estrés es un dolor de cabeza para tus bacterias intestinales, y eso se nota en tu humor. Por eso, cuando estás estresada, de repente, te encuentras más irritable o triste sin saber por qué.
Las bacterias malas afectan tus emociones, estresan a tu intestino y provoca ansiedad, depresión e irritabilidad, debido a que cambia la forma en que tu cuerpo produce sustancias que afectan tu estado de ánimo.
Nutrición comprometida
Un intestino estresado es menos eficiente en la absorción de nutrientes. Aunque estés comiendo balanceado, podrías no estar aprovechando al máximo los nutrientes de lo que te comes.
Es como si tu intestino estuviera demasiado ocupado lidiando con el estrés como para hacer bien su trabajo de nutrición.
La inflamación: el fuego silencioso
Tus bacterias intestinales, desequilibradas por el estrés, envían constantemente señales de alarma a tu sistema inmunológico, ya que puede provocar inflamación persistente que afecta tu digestión y tiene consecuencias negativas en todo tu cuerpo y mente.
La buena noticia: ¡Tu microbiota puede recuperarse!
Ya sabes cómo afecta el estrés a la microbiota intestinal. Ahora, lo primero y más importante es que calmes el estrés de tu vida. Aquí te dejo la Guía Definitiva para manejar los síntomas de estrés y sus daños.
- Adopta probióticos en tus comidas: con alimentos como yogur, kimchi y combucha. También puedes consumir suplementos que contengan Lactobacillus y Bifidobacterium, con mínimo 10 billones de UFC.
- Alimenta a tus bacterias con fibra prebiótica: si los probióticos son las flores, los prebióticos son el abono. Incluye alimentos como acelgas, alcachofas, ajo, cebollas y plátanos. Será un festín para tus bacterias beneficiosas.
- Evita estos alimentos: los alimentos procesados, azúcares refinados y grasas saturadas son como pesticidas para tu microbiota. Opta por más frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras.
- Consume caldo de hueso en ayunas: lo tiene todo para la reconstrucción de tu microbiota. Este caldo nutre y repara el revestimiento intestinal, mientras alimenta a tus bacterias beneficiosas. Además, es antiinflamatorio para a calmar cualquier irritación.
- Consume polifenoles: son antioxidantes presentes en frutos secos, semillas, verduras y bayas. Se encuentran incluso en el chocolate negro 70% cacao.
Importante: Este contenido tiene fines educativos y no debe utilizarse como asesoramiento médico. Si tienes alguna condición de salud, consulta con tu médico. Y consulta también antes de comenzar cualquier nuevo suplemento para asegurar que es adecuado para ti.
Fuentes:
