Imagina que tu cuerpo es un tablero de ajedrez y tú eres la estratega principal, mi consentida. Cada movimiento que haces, cada decisión que tomas, tiene un impacto directo en tu bienestar.
Así es como viven muchas mujeres con el síndrome de Hashimoto, una condición autoinmune que ataca la glándula tiroides.
En este juego interno, tu sistema inmune, en lugar de ser tu aliado, se convierte en tu peor enemigo, atacando por error tu tiroides y desencadenando fatiga, aumento de peso, problemas de piel y cambios de humor.
1. El estrés: el villano principal en la sombra
Cuando te estresas, tu cuerpo libera hormonas como el cortisol para intentar controlar la situación.
El estrés prolongado se convierte en un enemigo silencioso de tu salud: afecta tu estado de ánimo y tu energía diaria y también tiene un impacto poderoso en tu sistema inmune
2. Cómo el estrés alimenta la llama autoinmune
En el caso del síndrome de Hashimoto, el estrés juega un papel fundamental. Estudios han demostrado que el estrés crónico puede empeorar la respuesta autoinmune.
Es como si el estrés abriera las puertas para que tu sistema inmune ataque tu glándula tiroides con aún más fuerza, intensificando los síntomas y dificultando el control de tu salud
3. Detrás de las líneas enemigas: estrés-autoinmunidad
El estrés no solo afecta tu estado emocional; también impacta directamente en la comunicación entre tu cerebro y tu sistema inmune.
El estrés puede descontrolar las células que defienden tu cuerpo y producir sustancias que inflaman todo, perpetuando el ciclo autoinmune del síndrome de Hashimoto.
¿Y cómo ataca a tu tiroides el síndrome de Hashimoto?
1. Error de identificación:
Por razones no comprendidas completamente, el sistema inmune identifica erróneamente las células de la glándula tiroides como amenazas.
2. Producción de anticuerpos:
Como respuesta, el sistema inmune produce anticuerpos específicos (anticuerpos antitiroideos) como la tiroglobulina y la peroxidasa tiroidea.
3. Infiltración y destrucción:
Los anticuerpos antitiroideos marcan a las células de la tiroides como «enemigas», activan otras células inmunitarias, como los linfocitos T citotóxicos y se infiltran en la glándula tiroides comenzando a destruir sus células sanas.
4. Inflamación y daño:
Esta inflamación crónica y el daño resultante pueden llevar a una disminución en la producción de hormonas tiroideas (hipotiroidismo) y a la formación de bultos o nódulos en la tiroides.
5. Impacto en la función tiroidea:
La destrucción autoinmune de la glándula tiroides y su inflamación, disminuye su capacidad para producir las hormonas tiroideas T3 (triyodotironina) y T4 (tiroxina).
Esto resulta en todos los síntomas conocidos como fatiga, aumento de peso o piel seca.
Contraatacando con estrategias prácticas
Aprender a manejar el estrés de manera efectiva es la clave.
Incorpora técnicas de relajación como la meditación, el yoga o simplemente tómate un tiempo para respirar profundamente. Reducirás el cortisol y apoyarás la función inmune.
Visita la sección de estrés del blog para encontrar muchas más estrategias.
Complementa esto con una alimentación equilibrada, ejercicio regular y un buen descanso nocturno para fortalecer tu sistema inmune.
También puedes buscar un profesional de la medicina funcional que desarrolle un plan personalizado, mi consentida.
Importante: Este contenido tiene fines educativos y no debe utilizarse como asesoramiento médico. Si tienes alguna condición de salud, consulta con tu médico.
Referencias: