Consentida, hoy no seré yo quien escriba, sino Blanca, una mujer de 50 años que aprendió cómo controlar los cambios de humor.
Pasaba del llanto a la rabia en segundos, afectando tanto a su familia, como a su trabajo.
Blanca me envió una carta contándome que, en pocos meses, logró sentirse en equilibrio.
Léela con atención, porque te dará pistas para estabilizar tu estado de ánimo.
Cómo controlar los cambios de humor en premenopausia: la carta de Blanca
Hola Bernard, te escribo para contarte cómo cambió mi vida desde que hablamos.
¿Recuerdas que te llamé llorando porque el aderezo de una ensalada me quedó muy dulce?
Después de ese día, mi humor parecía un subibaja.
No me aguantaba ni a mí misma y cualquier cosa me hacía saltar.
Como dormía fatal, estaba todo el día hecha un trapo y de mal humor.
Además, me ponía furiosa cuando la ropa no me entraba.
Menos mal que me dijiste que era síntomas de estrógenos bajos y el estrés diario, porque ya me daba por loca.
Comenzar con los cambios fue duro, pero cuando noté la mejoría, me puse las pilas.
Primero me enfoqué en dormir mejor
No es que ahora duerma como un bebé, pero he mejorado mucho acostándome siempre a la misma hora, apago el celular temprano y compré unas cortinas gruesas, buenísimas.
Los sofocos a veces me despiertan, pero los controlo mejor.
También cambié mi alimentación
Porque me acordé de que me dijiste que los picos de azúcar en sangre me desestabilizaban.
Empecé a comer más brócoli, acelgas y otras verduras verdes, vegetales frescos, pollo, pescado y tomo mucha agua.
Estoy dejando el azúcar, aunque a veces me como un pan con mermelada de desayuno, jejeje.
Pero valió la pena comer mejor, porque estoy más tranquila.
Empecé a tomar vitaminas
Compré las que me dijiste, vitaminas B, C, D3, hierro y magnesio.
Controlar el estrés ha sido maravilloso
Cada vez que puedo, me escapo al parque.
También, medito, aunque me cuesta concentrarme, pero me ayuda a no molestarme por bobadas.
Todavía me cuesta tomarme tiempo para mí, pero cuando lo hago, tomo un baño largo, voy a la peluquería o salgo con mis amigas.
Ah, y me hice el chequeo de tiroides que me dijiste, para ver si eso estaba afectando mi humor. Gracias a Dios, salió todo normal.
Sobre hablar con un profesional de la salud mental, no lo necesité. Pero sí se lo recomendé a una cuñada que estaba en las mismas que yo, y le está yendo muy bien.
Bueno, Bernard, no te quito más tiempo.
Puedes compartir esta carta a las consentidas, quizás les sirva de experiencia.
Un abrazo grande, Blanca
Consentida, Blanca es un testimonio honesto y refleja que, dando pasos día tras día, se consiguen cambios, no solo en el estado de ánimo, sino en la salud y el bienestar durante la premenopausia.